De pronto esto, all the glory, qué le vamos a replicar, acaso somos las tejedoras de Rodríguez Ojeda, ese iluminati que diseñó su manto prerrafaelista cuando bailó frente a su sentencia antes de cruzar el arco.
¿Vamos a regañar a la hermandad por la lápida del Carnicero de Sevilla? Esa hermandad de los armaos que desfilaban entonces con sus plumas borrachos por todos los colmaos; esos costaleros estibadores del puerto pagaos; ¿no vamos a preguntarnos por qué ese barrio era de ideología libertaria y comunista, que en sus sedes tenían el retrato de Marx, Lenin y la Virgen Esperanza Macarena?
En terciopelo rojo y malla bordado tu veneración.
Qué vengan en peregrinación en busca de los probesitos
¡oh este peregrinaje! a qué obedece, qué pretenden acercandose a uno de los barrios más degradados, se está convirtiendo esto de pasear a las vírgenes por los barrios más deteriorados del país en una moda caritativa de promoción con los flashes en los balcones e imágenes contrastes volcadas en las redes sociales, con sus loas la más guapa, ay Macarena mira por nos y esos gritos, legítimos, de fans afeminados por las muñecas travestidas.
Y si vas a procesionar por la plaza del Olivo y antes de adentrarte por Hermano Pablo, yo te invoco Mac Makarana y párate frente a Inmaculada Vieira, aquí una cooperante asesinada en misión humanitaria.Pero si te vas a pasear con tus acólitos ultras en plan lástima, coge rápido tus trapos y vete directa a las fosas comunes del cementerio que te coge de camino, ve pensando cómo implorar a muchos que te defendieron y pagaron con tapia sus creencias e ideologías, ese sincretismo del pueblo de entonces, que ahora numerario y clasista va perdiendo su acerbo callejero y popular.
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